Declaración de la UNaM sobre la grave situación de la ciencia y la tecnología
La comunidad científica de la Universidad Nacional de Misiones manifiesta su preocupación por la grave situación que atraviesa la ciencia en Argentina e impacta significativamente en nuestra casa de estudios.
La producción de conocimiento es una estrategia para asegurar el futuro de nuestro país, garantizando la soberanía científica y tecnológica, con la consecuente potestad en desarrollos científicos que favorezcan un mejor aprovechamiento de sus recursos, la sustentabilidad y la preservación del ambiente, y en general una mejor calidad de vida para los argentinos.
La generación de conocimiento sólo es posible con un firme compromiso de los Estados en sostener la inversión en ciencia y tecnología. Esto se garantiza a través del sostenimiento del sistema científico tecnológico de la Argentina. Esta idea no es nueva y recientemente fue reiterada en una carta firmada por 68 ganadores de Premios Nobel de todo el mundo y dirigida al gobierno nacional, lo que evidencia la preocupación internacional por lo que sucede en Argentina con el sistema científico.
En sintonía con esto, la formación en ciencia es una vocación que se alimenta con recursos y se sostiene con el compromiso y la dedicación de los investigadores e investigadoras de todo el país. Formar un científico lleva años de estudio y preparación en una disciplina, con sistemas de evaluación estrictos que ponen en la balanza logros integrales que se alcanzan a lo largo del tiempo. Se trata de una tarea continua, sostenida y muy sacrificada con una senda que conjuga logros y sinsabores. Si desalentamos la base de esta formación, eliminando las vocaciones científicas jóvenes, la cadena se corta y nos quedamos sin futuro.
A pesar de esto, estamos presenciando el desfinanciamiento de los sistemas que sostienen estas vocaciones:
• Se eliminaron los recursos que financian al Programa Estímulo a las Vocaciones Científicas para estudiantes de grado, generado desde el Consejo Interuniversitario Nacional, con lo cual el sistema queda supeditado a la asignación de fondos.
• Se incumplió el cronograma del Programa de Becas Doctorales del CONICET (la institución científica más prestigiosa de América Latina) arrojando incertidumbre y falta de decisión en las futuras generaciones. En 2023 el Estado había asumido el compromiso de financiar 1300 becas para jóvenes que deseaban dedicarse a la ciencia. Sin embargo, la nueva conducción del país solo asignó 600 becas dejando en el aire a 700 jóvenes recién graduados.
• A través de la falta de respuesta a las convocatorias a becas posdoctorales de CONICET, se sembró la incertidumbre entre los jóvenes doctores que egresan del sistema de doctorado (más de 5 años de formación). Esto generará una migración masiva hacia otros lugares del mundo y una nueva “fuga de cerebros” y la postergación del desarrollo científico de la Argentina.
Una ciencia de calidad implica invertir tiempo y dinero. Los científicos dejamos nuestra vida en el intento y la inversión del Estado facilita nuestra tarea. Durante los años 90 se aprobó la Ley 23.877 de “Promoción y Fomento de la Innovación Tecnológica” que impulsó la generación de ciencia, tecnología, innovación y sus aplicaciones, con base en el ejercicio pleno de la soberanía nacional, la democracia participativa y protagónica, la justicia y la igualdad social, el respeto al ambiente y la diversidad cultural, mediante la aplicación de conocimientos populares. Desde ese momento la Argentina inició un camino que llevó a la creación de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica durante el año 1996, y posteriormente la aparición de fondos como, el FONCyT y el FONTAR que impulsan la generación de conocimiento y su transferencia a los sectores productivos. Esto facilitó la inversión del Banco Interamericano de Desarrollo que viene fomentando líneas de I+D con que financiaron más de 8.000 proyectos en Argentina durante los últimos 30 años.
La Agencia I+D+i tiene como una de sus fortalezas o capacidades institucionales específicas, la ejecución de programas convenidos entre el Estado Nacional y diferentes organismos multilaterales de promoción y crédito. El financiamiento de actividades de promoción de ciencia y tecnología con recursos de organismos internacionales ha sido una constante en las últimas tres décadas y ha generado capacidades y dinámicas positivas para las instituciones de ciencia y tecnología de la Argentina. Este financiamiento se acompaña de procedimientos y evaluaciones sobre la base de componentes con hitos y otras métricas que han brindado previsibilidad y transparencia a su aplicación.
La Agencia I+D+i estructura y solventa las actividades de ciencia y tecnología de una amplia red de más de 100 instituciones públicas y privadas del ámbito nacional y provincial. Facilita la administración, la ejecución y el seguimiento de más de 8.000 proyectos de I+D. Estimula la inversión en estos proyectos aportando fondos de contraparte que permiten comprar insumos, equipamiento, cubrir gastos operativos, realizar publicaciones, solicitar patentes, desarrollar prototipos, transferir resultados y nuevas tecnologías, formar nuevos investigadores e investigadoras por medio de becas. En 2023, se han transferido más de 24 mil millones de pesos a proyectos que resultaron evaluados positivamente en el marco de concursos públicos y en contextos competitivos a fin de garantizar excelencia y transparencia.
Sin embargo, a finales del 2023, al asumir la nueva administración nacional, se iniciaron los incumplimientos a los contratos y convenios firmados, peligrando la continuidad de dichos proyectos. Fondos que habían sido adjudicados desde el Banco Interamericano de Desarrollo para generar ciencia fueron retenidos por el Ministerio de Economía, a sabiendas incluso que esto implica el pago de cuantiosas multas internacionales a la Argentina por incumplimiento de estos acuerdos.
El Sistema Universitario Argentino recibió el mismo presupuesto que en 2023 sin el debido ajuste por inflación, sumado a un cuantioso recorte de fondos destinados a fortalecer la ciencia y la tecnología en las universidades.
En particular, esto implica funcionar con menos de un cuarto de presupuesto real que conlleva a: la reducción del número de becas de estímulo a vocaciones científicas (un sistema que lleva funcionando ya 10 años); la reducción de los fondos destinados a la producción de conocimiento para resolver problemas sociales clave de nuestro entorno; la interrupción del crecimiento sostenido de inversión en infraestructura científica tecnológica (construcción de laboratorios, centros de investigación, e institutos que están iniciados o en proyecto) claves para elevar el nivel e impacto del conocimiento generado; la eliminación de financiamiento para encuentros o reuniones científicas que son fundamentales para la difusión socialización y visibilización de los resultados de las investigaciones de los diferentes campos de conocimiento.
Quienes estamos a cargo de la gestión de ciencia, tecnología e innovación en la UNaM advertimos a la sociedad del problema que se presenta y denunciamos esta situación.
Sec. General de Ciencia y Tecnología – UNaM
Sec. de Investigación Desarrollo e Innovación de la Fac. Cs. Exactas Químicas y Naturales - UNaM
Sec. de Investigación de la Fac. de Humanidades y Ciencias Sociales – UNaM
Sec. de Investigación de la Fac. de Arte y Diseño – UNaM
Sec. de Ciencia y Tecnología de la Fac. Ciencias Económicas - UNaM
Sec. de Ciencia y Técnica de la Fac. de Ingeniería – UNaM
Sec. de Ciencia y Técnica de la Fac. de Ciencias Forestales – UNaM
Instituto de Biología Subtropical IBS UNaM – CONICET
Instituto de Materiales de Misiones IMAM UNaM - CONICET
Instituto de Estudios Sociales y Humanos IESyH UNaM – CONICET
Instituto de Biotecnología de Misiones INBIOMIS UNaM
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