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Por qué bajan los ríos y qué podemos esperar

  • Claudia Sapa
  • Noticias UNaM


Si bien en la historia reciente hubo otros períodos en que los ríos y arroyos de la región estuvieron con caudales muy bajos, la situación actual es alarmante.
Los fenómenos climáticos, la acción del hombre - reemplazo de bosques nativos por cultivos agropecuarios - y la densidad poblacional hacen más compleja esta realidad.


El equipo de Nexo Universitario consultó al ingeniero forestal Juan Antonio Martinez Duarte, especialista en planificación del medio ambiente y docente de la cátedra de Ordenación de Cuencas Hídricas de la Facultad de Ciencias Forestales quien además de detallar estos aspectos, mencionó algunas acciones que a largo plazo podrían mitigar este impacto.

¿A qué se debe la pronunciada bajante que registran nuestros ríos?


La pronunciada bajante que registran actualmente nuestros ríos, como el Paraná cuya cuenca hidrográfica abarca parte de Brasil, Bolivia, Paraguay, Argentina y Uruguay, se debe a múltiples factores. Uno de los más importantes son los bajos niveles de precipitaciones registradas desde el año pasado en la cuenca superior y los cambios de cobertura del suelo por la acción antrópica, dado que el hombre ha reemplazado en grandes áreas de la cuenca hidrográfica la cobertura del bosque nativo por cultivos agropecuarios y forestales, provocando la disminución de la recarga de los acuíferos y por lo tanto la disminución de los caudales de los cursos de agua en épocas de sequías.
Las cuencas hidrográficas o cuencas vertientes - sean grandes como la del Río Paraná o pequeñas como la del arroyo Piray Miní - son áreas deprimidas de la superficie terrestre delimitadas naturalmente por las divisorias de aguas, que escurren el recurso hídrico de origen pluvial o nival hacia su red fluvial, para desaguar en un lago o en el mar.


¿Cuáles de esos factores son prevenibles o modificables?


El factor climático se puede prevenir y modificar positivamente a largo plazo, mediante la práctica del Desarrollo Sustentable, que promueva la ordenación de las cuencas hidrográficas que constituyen unidades sistémicas para la gestión ambiental, al facilitar los balances hidrológicos y socioambientales de las actividades antrópicas sobre el territorio, con el objetivo de prevenir los efectos negativos del cambio climático.
La ordenación de cuencas hidrográficas consiste en la planificación y ejecución de actividades - sobre bases técnicas y políticas - en el territorio delimitado por la cuenca hidrográfica para lograr que el uso de la tierra sea de acuerdo a sus capacidades; y los objetivos económicos, ambientales y culturales de la sociedad, en el marco del desarrollo sostenible.
Los impactos perjudiciales de los cambios de cobertura del suelo se pueden prevenir y modificar mediante el manejo racional de los ecosistemas naturales, rurales y urbanos, en el marco de la legislación vigente.
Cabe señalar que el manejo racional de los ecosistemas naturales, por ejemplo, depende de todos los actores relacionados con la cuenca hidrográfica donde se ubican esos sistemas ecológicos naturales: organismos gubernamentales, no gubernamentales, y personas en forma particular.
Las consecuencias negativas de las represas también se pueden prevenir y modificar mediante la regulación del funcionamiento, de acuerdo a normas que respeten los caudales mínimos de los cursos de agua.


¿Hay estudios que determinen en qué niveles históricos nos encontramos?


Sí, hay registros que indican históricamente periodos de sequías. Y si bien se han registrado bajos caudales similares a las actuales, los impactos son mucho más significativos debido al aumento de la población y de la ocupación territorial humana.


¿Qué se puede esperar de la situación en el corto plazo?


Es probable que la situación de bajos caudales actuales se mantenga a corto plazo, en función a la ocurrencia de suficientes precipitaciones pluviales. Solamente este fenómeno permitirá la regularización de los caudales.


¿Cuáles son las acciones que podrían mitigar el impacto que genera la baja del caudal de agua?


Las acciones que pueden mitigar el impacto que genera la baja del caudal de agua a largo plazo, como ya mencioné, son principalmente: La práctica del Desarrollo sustentable, el manejo racional de los ecosistemas y la regulación del funcionamiento de las represas que respeten los caudales mínimos de los cursos de agua. Y a corto plazo corresponde economizar el uso del agua disponible, adecuar las plantas de agua para poder bombear con los bajos caudales, prever medios de transportes alternativos a la fluvial, tomar los recaudos para prevenir y combatir incendios, etc.


¿Qué se puede aportar desde el sector del conocimiento (universidades)?


Desde las universidades, podemos aportar con la formación de profesionales capacitados, investigando en la temática en el marco del desarrollo sustentable, divulgando para que los conocimientos generados estén a disposición de todos los actores y participando en los ámbitos correspondientes para aportar a la resolución de los problemas que generan los caudales anormales de nuestros ríos nacionales y transnacionales.

 

IMAGEN: https://nautispots.com/postales-de-bajante-del-rio-parana/

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